Productividad

IQ frente a EQ en el lugar de trabajo

¿Su equipo precisa de un solucionador de problemas discreto o de alguien dispuesto a escucharlo? Comprender cómo evaluar el coeficiente intelectual y la inteligencia emocional le ayudará a tomar decisiones y obtener beneficios.
 
Los directores generales más eficaces utilizan adecuadamente tanto su coeficiente intelectual (IQ) como su coeficiente emocional (EQ). La elocuencia, buena memoria y capacidad de aprender indicados por un IQ alto son atributos que esperaría que tuviera cualquier líder empresarial prominente. Sin embargo, la EQ tiene la misma importancia; la capacidad de un ejecutivo para leer el lenguaje corporal de manera precisa y congeniar con el estado emocional de los demás puede hacer la diferencia al momento de ganar o perder un trato. Entonces, ¿cuál es la mejor manera para reflexionar sobre las fortalezas correspondientes de estos indicadores? 
 
 
Los elementos de un líder 
Un líder exitoso debe estar a gusto alternando entre decisiones impulsadas por las emociones y las decisiones enteramente intelectuales. El trabajo analítico, como el desarrollo de un modelo de ganancia y pérdida, se debe realizar imparcialmente y sin preferencias personales. Sin embargo, cuando está en proceso de ganar un nuevo cliente, dicho aspecto metódico se debe mantener en segundo plano a fin de favorecer la evaluación de su estado emocional y comprender qué es lo más importante para los clientes. El éxito del rol no se determina únicamente mediante el IQ o EQ, sino por el conocimiento de que cada factor brinda nuevos niveles de comprensión en cada situación.
 
Aquellas personas con IQ alto son solucionadores de problemas creativos, quienes piensan de manera rápida y constructiva para determinar el mejor modo de proceder, atributos muy importantes para dirigentes de alto nivel en una compañía. Son capaces de evaluar con precisión las ventajas y desventajas de situaciones complejas y tomar decisiones matizadas y, como resultado, pueden liderar equipos para superar los objetivos y volverse más productivos. 
 
Emotional Intelligence 2.0 informa que por cada aumento de un punto en el EQ se agregan $1300 al salario anual, en todos los sectores, mercados y roles. Agentes de centro de llamadas, vendedores y asesores; todos son mejores en su trabajo si cuentan con un puntaje alto de EQ. Aun asi, la investigación en la revista Journal of Applied Psychology revela que un EQ alto genera un rendimiento bajo en campos como la contabilidad y la tecnología, donde probablemente las tareas involucran más cálculos que conversaciones. En este tipo de trabajo, los trabajadores que son capaces de suprimir sus intereses emocionales son más eficientes y exitosos.
 
Construcción de equipos con intelecto y corazón
El personal con un EQ alto puede ser muy apto en involucrar y motivar a sus colegas con menos habilidad social, pero puede ser que no tengan la misma creatividad e innovación innata de los demás en el equipo. Por otro lado, los trabajadores con IQ altos pueden brindar perspectivas y soluciones excelentes, pero pueden presentar dificultades al momento de integrarse y colaborar con sus compañeros, a menos que reciban una comprensión y apoyo adecuados.
 
 
Las personas con un IQ alto son aptas para absorber información nueva y pensar con agilidad, pero esto no significa que sean unos genios todo el tiempo. Aunque puede ser la prueba más usada normalmente para la inteligencia, Mensa indica que la medición del IQ se "confunde generalmente con el conocimiento, la sabiduría, la memoria o una infinidad de otros atributos". Incluso las personas con IQ extremadamente alto pueden presentar dificultades para solucionar problemas o pensar horizontalmente, mientras que las personas con un IQ bajo pueden hacer contribuciones inesperadas apoyándose en su experiencia de vida o conjunto de habilidades técnicas.
 
Ya sea si está contratando un supervisor inmediato o si busca desarrollar aún más su propio conjunto de habilidades profesionales, la EQ puede hacer la diferencia entre no dar en el blanco por un escaso margen y superar todas las expectativas. Los líderes fuertes pueden vincularse bien con su equipo y pueden presentar empatía con sus dificultades, ambas descripciones son naturales en las personas con un EQ alto. Para construir un equipo altamente eficaz, es crucial que busque un balance próspero de ambos coeficientes. Combine esto con su proceso de reclutamiento integrando preguntas basadas en el comportamiento en torno al conocimiento de sí mismo y una gestión de relaciones en sus entrevistas iniciales.
 
Uso del IQ y EQ para comprender a su equipo 
La percepción del IQ y EQ pueden ayudarlo a obtener lo mejor de los individuos que conforman a un equipo. Si usa estos indicadores para identificar dónde radican las fortalezas de su personal, podrá mitigar de mejor manera sus deficiencias y aprovechar sus fortalezas. Por ejemplo, es natural para los trabajadores con un IQ alto tener dificultades ocasionales con la expresión personal aunque sus ideas sean dignas de mencionar; además, puede ser complicado cuantificar el valor del "buen tipo" de la oficina si no mira más allá de los KPI (indicadores clave de rendimiento), aunque su capacidad para integrar a sus compañeros de equipo en discusiones es una habilidad muy útil. Tener en mente el IQ y EQ le ayuda a considerar y articular los matices de la dinámica del equipo, lo que le permitirá liderar de manera más efectiva y alcanzar los resultados que desea.
 
A simple vista, todos conocemos los estereotipos que rodean a los trabajadores con IQ alto y con EQ alto. Sin embargo, muy a menudo los gerentes pasan por alto uno de estos indicadores al evaluar y motivar a sus equipos. En última instancia, apreciar las diferencias entre los dos tipos de inteligencia y utilizar esta información para gestionar individuos y equipos le brinda a todos la oportunidad de sobresalir en su rol. 
 
 
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